viernes, 25 de junio de 2010

Juan Miguel Salvador y el GR-36

Por Manuel Galver, presidente del Ateneo Cultural y Mercantil de Onda
Hace unos días leí que nuestro Teniente de Alcalde se interesaba por el rescate, limpieza y señalización del GR-36, y senderos relacionados con el mismo o algo así.
Me congratulé del interés de nuestro edil por el senderismo local, por su señalización y conservación, pero al mismo tiempo me invadió la preocupación al recordar el poco rigor en el rescate y señalización de sus trazados, en muchos casos abiertos a “campo-través”, por lugares intransitables y en algunos momentos peligrosos, al haber contratado esta tarea a empresas, pagado “a tanto alzado”, como el GR-36 o GR-7 entre otros.
El GR-36 es un mal ejemplo en la señalización. Lo conozco desde La Vilavella hasta Montanejos. A partir del final de las pistas (al que se llega también desde Vall de Uxó o Alfondeguilla, su recorrido señalizado, siempre por la cumbre, hasta casi llegar a Eslida, era intransitable para caballerías y seguro nunca este trazado fue transitado por caballería alguna. ¿Porqué no lo rescataron por su antiguo trazado?. Considero que nuestro esfuerzo debe dedicarse a trazados locales, que los hay a raudales y dejar el GR-36, que nos pilla tan lejos.
Los senderos hay que rescatarlos por el mismo trazado en todo lo posible. Hablando con uno de los Pepes, que tanto han hecho y siguen haciendo en la recuperación de los senderos, me comenta que están trabajando por la recuperación del antiguo sendero de la caseta de MARIMON. Me alegré muchísimo y le comenté la satisfacción que me produjo cuando recorrí por primera vez la Senda de los Pepes y también con el sendero “reinventado”, partiendo de la misma hasta llegar a la Caseta de Marimon. Es incuestionable el gran esfuerzo que los Pepes han realizado sobre un Montí y termino municipal totalmente abandonado por las autoridades, pero le comenté que deberían tratar de reabrir los viejos senderos por el trayecto primitivo y no reabrir nuevos trazados, aprovechando el abandono de los bancales en las “heredades”, (hoy pinares o monte bajo).
Le comente el punto, en el que la senda de los Pepes se desvía del antiguo sendero, el que recorríamos antes del incendio del Montí, y que se perdió al quedar intransitable por la cantidad de troncos de pinos caídos y cruzados sobre el mismo en el que caminar representaba terminar tan negro como el carbón. Le comenté que el camino original de la caseta de Marimon, tras cruzar la partida de Sonella, subía por el “Montinet”, tal como llamaban nuestros abuelos a esta partida. Pepe me dice que esta zona es la que se denomina “Montí Menor”. Nos gustaría que, culminado este nuevo y admirable nuevo reto de los Pepes, fueran las autoridades quienes en las paletas indicadoras del recorrido utilizasen la nomenclatura tradicional de nuestra toponimia y ¿porqué no?, reconocieran el trabajo de Los Pepes.

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