martes, 4 de mayo de 2010

¿Porqué un museo etnológico en Onda?

Por Manuel Galver, presidente del Ateneo Cultural y Mercantil de Onda

Otras poblaciones de Castellon, de nuestro entorno, no son tan propicias como Onda, para recibir visitantes por comunicaciones y situación geográfica; cerca de la capital y Benicasim, asi como playas turísticas del sur de Castellon.

Onda, como ciudad de museos, tal como proclama un eslogan de promoción municipal, podría tener uno sobre la etnología local, sea en un gran local o distribuido por materias en un recorrido turistico de casco antiguo, incluido en el recorrido de las visitas programadas. Puede instalarse en casas antiguas de las recuperadas, se recuperen o alquilen en un futuro, quizás colaboración privada reglada. Estar en uno o varios locales, dependería del espacio o de la cantidad de piezas. Podrían incluso privatizarse, con convenio municipal, explotados por actuales propietarios de casas.

El Museo del Azulejo, no lo contemplamos en nuestro planteamiento, puesto que tiene carácter muy propio y especifico, y si bien incluido en nuestra etnología, se sale de la misma por sus meritos propios, como “Museo del Azulejo”.

Onda, que tantos esfuerzos esta haciendo para alcanzar un primer puesto en la industria turística provincial, con tanta gente interesada en su promoción, principalmente la hosteleria y pequeño comercio.

Nuestro museo o exposición de nuestra etnología, no debería salir al publico, como una simple exposición desordenada y simple de arados, azadas y herramientas de cultivo en el campo, tampoco cuatro trajes de época, tampoco unas piezas de alfarería o útiles del hogar, incluso testimonios fotográficos. Debe recoger muestras muy amplias de nuestra historia, de nuestras costumbres, pero sobre todo lo mas impotente, deben se ilustradas con profundidad, que para el visitantes los librillos que las acompañen tengan rigor histórico y expongan literalmente los hechos de nuestro desarrollo, forma de ser, vivir y comportamiento social. huir del clásico folleto que se tira en la calle tan pronto sales del recinto Que quien salga del museo o una de una de sus exposiciones, se lleve consigo, escrita y con imágenes, una parte de nuestra historia cotidiana del pasado.

Dicho de otra manera. No se trata de exponer al público “una romana”, de las utilizadas en el comercio y sobre todo comercio agrícola, para pesar o medir las transacciones en la compraventa. Se trata de dar a conocer su utilidad hasta hace no muchos años, hasta mitad del siglo pasado principalmente. Todo comerciante tenía su “romana o romaneta”, algunos decían, con o sin razón que no se fiaban pensando en una manipulación. Los mas jóvenes posiblemente, piensen a leer nuestro comentario que la romana era o es otra cosa. Hay que explicar su utilización y tambien la figura del “pesador”, aquella persona de confianza, seria e imparcial cuyo trabajo era estar al servicio del público, con su propia “romana” para intervenir en las transacciones entre particulares. Onda como pueblo, tambien de agricultores, tenia un comercio interno, como era la compraventa de sacos de patatas, cebollas, algarrobas, trigo etc., que había que pesar y valorar a tanto el kilo. El “pesador” como profesional independiente, era requerido para fijar el peso de la cosa vendida, desplazándose al local o casa del vendedor. Llevaba su propia romana y la barra para aguantarla con el peso colgado de la mercancía a medir. Es posible que si nos ponemos en la esquina de la Puerta del Sol, y preguntamos a nuestra juventud sobre el oficio del “pesador” no encontráramos a nadie que supiera explicarlo. Estas son las cosas que debemos exponer, explicar y transmitir por escrito, para asi dejar constancia de nuestras costumbres y en definitiva de nuestros antiguos comportamientos etnológicos.

El espacio que nos dan para nuestro comentario no nos permite tanta extensión. Por ello nuestra pretensión es exponer la iniciativa y con ello hacer pensar a quienes tenga alguna posibilidad de potenciarla. La participación de nuestro Ayuntamiento seria estrictamente necesaria, sin su implicación no seria posible esta ambiciosa iniciativa, incluyendo sus propios servicios étnicos con expertos en la materia, ya con experiencia y profesionalidad tan acreditada. Participación de asociación ya implicadas en el turismo y sobre todo la ciudadanía ondense, de la que tendría que salir, por cesión temporal o donación, el gran patrimonio etnológico de la población de Onda. Quizás el primer paso podría ser conocer un inventario de nuestra riqueza, a través de una encuesta o declamación voluntaria de los particulares para conocer sus posibilidades en cada rama.

Próximamente continuaremos nuestro escrito, con nuevas ideas, o tratando de pulsar opinión, para lo cual será muy importante la intercomunicación escrita, telefónica o mejor telemáticas con nuestro periódico.

M.Galver.

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