El dátil, el plátano y Onda

Por Manuel Galver, presidente del Atemeo Cultural y Mercantil de Onda

Ciento veinte años, algo mas de un siglo, parece una eternidad en el transcurrir del tiempo, pero, en el fondo, es muy poco. Es retrotraernos a la juventud de nuestros bisabuelos.
Nuestro transporte con Villarreal, o con los pueblos del Mijares, eran la caballería, el carro y alguna diligencia para pasajeros. Fue en 1890, con la construcción del tercer tramo de la Banderola, cuando Onda entró en el nuevo mundo de las comunicaciones y del transporte. Conseguíamos ser una ciudad comunicada.
Onda se sentía feliz y comunicada, pero nos faltaba sustituir a la “diligencia”. Eran los años veinte, tal vez inicio de los treinta, y empezó a recorrer nuestra geografía El dátil en una línea de autobús regular en Onda, que hacia la línea Onda-Tales-Ayodar y Onda-Villarreal-Castellon.
El autobús iba de Onda a Tales y volvía otra vez a Artesa para coger la antigua carretera de Artesa a Ayódar. No se llegaba a Sueras, ya que la carretera de Sueras a Ayódar no existía.
Don Aurelio Esteban Gallén adquirió aquel pequeño y primitivo autobús, con punto de parada y salida desde La Safona.
Se trataba de un autobús con marca o motor L-ATIL, siendo el lenguaje popular, siempre dispuesto a simplificar, quien en lugar de “L-atil”, empezó a denominar como El dátil a aquel vehículo de Don Aurelio.
Posteriormente, fue Don Antonio Furió Agustina, de Fanzara, quien también en los años veinte inició otra línea de autobuses con el trayecto Castellón-Onda-Puebla de Arenoso. Don Antonio pintó dicho autobús con un color amarillo y unas franjas marrón horizontales, que la sabiduría popular rápidamente identificó y empezó a llamarle El plátano por sus colores, nombre que identifico con el tiempo a dicha empresa.
Lo importante es que Onda pasó a ser una ciudad bien comunicada con El dátil, El plátano y La panderola.
En ocasiones las personas sentimos la necesidad de contar curiosidades y dar a conocer detalles de nuestra ciudad y sus gentes y así ha nacido este comentario como pequeño homenaje de reconocimiento a El dátil, su primer autobús, y a nuestra calle de La Safona, tal cual era no hace tanto tiempo.